ATENEA, ahora ZELDA

Atenea llegó a nosotros tras el aviso de una gata, en una parcela abandonada con aspecto deteriorado y que no se movía mucho. Pedimos permiso al dueño para acceder a la parcela y rescatarla. La llevamos al veterinario y aunque no era muy mayor, estaba prácticamente ciega y medio sorda... ¡Pero sorpresa! También era una gata lactante, por lo que los bebés a los que estaba dando de mamar debían haberse quedado en aquella parcela abandonada. Rápidamente volvimos a pedir permiso e ir a por los cuatro preciosos bebés de la mamá Artemisa. Tristemente no teníamos ninguna casa de acogida disponible y no podíamos dejar a una mamá sorda y ciega junto a sus bebés en la calle, así que lo mejor que pudimos ofrecerles hasta que encontraran su oportunidad fue un jaulón. Atenea estuvo viviendo mucho tiempo en una jaula hasta que apareció su familia.Ahora, vive mil aventuras en su nuevo hogar, ¡y también tiene instagram! @osirisadventurecat

Llevábamos un año pensando en adoptar a otro gatito para hacer compañía a Osiris, nuestro primer gato. Osiris es un gato muy cariñoso y aventurero, y pensamos que un amigo de la misma naturaleza podría ser muy beneficioso para él. Con el confinamiento, nos pusimos seriamente a buscar a nuestro nuevo integrante de la familia. Fuimos mirando por diferentes asociaciones, buscando el gato perfecto... hasta que dimos con Zelda. Nos encantaron sus ojos, y en las fotos se la veía muy cómoda con otros gatos. Al preguntar por ella a la asociación Protección Animal Fresno, nos dijeron que era muy asustadiza con los humanos, pues no había tenido mucho trato con ellos. No era exactamente el perfil que buscábamos, pero... decidimos adoptarla. Cuando fuimos a recogerla, no hizo ningún ruido. La subimos al coche en su nuevo trasportín y la gata no dio señales de vida durante la media hora de viaje. En casa teníamos preparada una habitación para ella sola, y lo primero que hizo fue esconderse y darnos la espalda para no vernos. Estaba aterrorizada. Las siguientes dos semanas las dedicamos a introducir a Osiris su nueva compañera. Los dos sentían curiosidad el uno por el otro, querían conocerse. Sin embargo, en cuanto nos acercábamos, Zelda corría a su escondite. Rápidamente Zelda y Osiris se hicieron amigos, y dejábamos a los dos recorrer toda la casa. Zelda seguía rehuyéndonos, pero observaba cómo Osiris no nos tenía ningún miedo y pasaba mucho tiempo con nosotros. Poco a poco, Zelda iba acercándose a nosotros, copiando comportamientos de Osiris. Y al comprobar que no le hacíamos nada, empezó a ganar confianza con nosotros. A día de hoy es una gata super cariñosa. Le encanta que le acaricien la barriga mientras se revuelca por el suelo de la terraza cuando hace sol. También duerme a los pies de nuestra cama, y nos despierta bien temprano para que le demos el desayuno (está hecha una tragona). Osiris y ella se compenetran muy bien. Zelda sigue siendo muy asustadiza, y cualquier cosa nueva le pone en alerta. Sin embargo, en cuanto ve cómo Osiris (que es súper curioso) se relaciona con nuevos juguetes, la aspiradora, etc. Zelda se suelta y se une a la exploración. Estamos encantados de haberla adoptado.

 Familia de Atenea, ahora Zelda